Querido público lector,
Somos un grupo amplio y diverso de científicxs y académicxs escribiéndote desde todos los continentes. Primero, estábamos preocupadxs. Luego, estábamos alarmadxs. Hoy, estamos aterrorizadxs. Los líderes mundiales han entendido los peligros de la crisis climática por décadas, pero no han actuado consecuentemente. Aún es posible cambiar el rumbo, pero te necesitamos.
Ninguna de las catástrofes climáticas que están sucediendo ante nuestros ojos era inevitable. En 1992, virtualmente todos los países prometieron "prevenir la interferencia antropogénica peligrosa con el sistema climático". 27 conferencias mundiales de la ONU sobre el clima (conocidas como Conferencias de las Partes o COP) después, las emisiones de carbono son 60% más altas hoy que en 1992. Nuestros líderes políticos nos están fallando catastróficamente.
Ningún país está tomando medidas necesarias para no superar un incremento de 1.5 °C, el límite de temperatura al que aspiraba el Acuerdo de París. Algunos de los países más ricos y que producen las mayores emisiones del mundo continúan otorgando licencias para nuevos campos de petróleo y gas, subvencionando combustibles fósiles con billones de dólares por año, y participando en prácticas agrícolas destructivas. Las naciones ricas, que son las que han contribuido principalmente a crear la crisis climática, actúan como si tuvieran décadas para la descarbonización de sus países, mientras que los países pobres sufren los peores impactos sin compensación ni ayuda adecuada. Las personas exigiendo justicia y responsabilización están siendo perseguidas cada vez más.
Continuar en este camino generará sufrimiento inimaginable. Grandes partes de nuestro planeta se volverán inhabitables, generando cientos de millones de personas refugiadas, hambrunas sin precedentes y graves conflictos políticos.
No tenemos por qué rendirnos ante este futuro. Pero la ventana para asegurar un futuro alternativo y vivible se está cerrando rápidamente. La tarea es enorme: el IPCC nos dice que "apuntar a un mundo resiliente y sostenible al cambio climático requiere cambios fundamentales en cómo funcionan nuestras sociedades, incluyendo cambios en valores, visiones del mundo, ideologías, estructuras sociales, sistemas políticos y económicos, y en relaciones de poder".
Estos cambios profundos y estructurales pueden mejorar nuestra calidad de vida. Tenemos la posibilidad de vivir en un mundo menos contaminado, con alimentos más saludables, y con más tiempo para lo que realmente importa. Los recursos se pueden distribuir mejor, tanto dentro de países como internacionalmente, en lugar de que sean acumulados por muy pocos a expensas de la mayoría.
Las soluciones existen. Lo que está bloqueando una acción adecuada son intereses y poderes establecidos, así como instituciones, corporaciones y personas multimillonarias que se benefician del status quo destructivo. Tenemos que eliminar rápidamente los combustibles fósiles, pero la COP 28 está siendo liderada por el director de una compañía petrolera, lo que ilustra la profunda influencia de este poder arraigado.
Vencer estos poderes requiere una movilización a gran escala de la sociedad. Esto ha sucedido antes: si no fuera por movimientos sociales fuertes, no habría derechos civiles, ni derecho al voto de las mujeres; no tendríamos fines de semana, ni vacaciones, ni mucho del bienestar social que disfrutamos y damos por sentado en grandes partes del mundo. Y puede suceder de nuevo: la ciudadanía de los Países Bajos recientemente obligó a su gobierno a planificar la eliminación de subsidios fósiles, mientras que la gente de Ecuador evitó la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní en el Amazonas.
Pero te necesitamos. Dondequiera que estés, conviértete en activista. Únete a o crea un grupo que impulse políticas que ayuden a asegurar un futuro mejor. Averigua cuándo se reúnen estos grupos, encuentra el tipo de compromiso que vaya contigo y habla con amigxs, familiares y colegas para difundir el mensaje. Si queremos construir un futuro vivible, la acción climática tiene que pasar de ser algo que otros hacen a algo en lo que todxs participamos. Todxs y cada unx de nosotrxs tenemos un papel que hacer: esta es la década decisiva de la humanidad.
Como científicxs y académicxs, creemos que aquí y ahora tenemos que dar un paso adelante y participar en acciones colectivas. Como miles de personas en todo el mundo, muchxs de nosotrxs estamos abogando y protestando de muchas maneras, por un mundo mejor, incluyendo con desobediencia civil pacífica.
Únete a nosotrxs.